martes, 2 de febrero de 2010

Cine venezolano celebró su día en búsqueda de público.

Un 28 de Enero en el año de: 1897, los venezolanos se maravillaron por primera vez con una proyección cinematográfica. En el Teatro Baralt de la ciudad de Maracaibo, las imágenes en blanco y negro de Un especialista sacando muelas en el Gran Hotel Europa y Muchachas bañándose en la laguna de Maracaibo ­primeros registros de cine realizados en el país­ dejaron al público atónito.

Ese momento, ocurrido justo cuando el séptimo arte era toda una revolución mundial, marcó el inicio de una historia de evolución fílmica que hoy cumple 113 años.

A propósito de las celebraciones por el Día Nacional del Cine Venezolano, realizadores y críticos analizan el momento que atraviesa la industria cinematográfica, calificado por algunos de "histórico".

Rafael Straga, miembro de la junta directiva de la Asociación Nacional de Autores Cinematográficos, aseguró que el cine nacional sigue haciendo historia: "Este año se estrenarán muchas películas. Hay 8 filmes listos para ser proyectados y otros 10 largometrajes en proceso de producción.

Hay también alrededor de 50 cortometrajes por estrenarse y un numero similar de documentales. Hay un auge, un entendimiento de la industria".

Indicó, además, que el sector trata de aumentar su capacidad productiva: "En 2010 se celebrará una jornada de cine y tecnología para evaluar el parte industrial, es decir, revisar qué tenemos y qué nos hace falta a nivel de equipos".

Sin embargo, agregó que el tema de los contenidos es más preocupante. "Buscamos formas para que el público se involucre, intentamos descubrir cuáles son las historias que el venezolano quiere que le contemos", dijo.

Alejandra Szeplaki, directora del filme Día naranja (2009), y que trabaja en la preproducción de su segunda cinta, Crónica rosa, igualmente considera que el cine venezolano atraviesa un buen momento en cuanto a producción.

"La implementación de la Ley de Cine abrió las puertas a jóvenes realizadores. Vemos en cartelera un grupo muy importante de películas con temas muy diversos. Tradicionalmente ha habido un reclamo por parte del público hacia el cine nacional. Creo que esa deuda está saldada", señaló.

El problema para Szeplaki radica en el encuentro con la audiencia: "Nuestro reto era producir más, y eso está superado. El nuevo reto es afrontar una situación de distribución y exhibición que hasta el momento ha sido injusta con el cine venezolano. El año pasado, por ejemplo, las cifras de taquilla para proyecciones de producciones nacionales no fueron catastróficas, pero tampoco fueron halagadoras".

El crítico Rodolfo Izaguirre se refirió a los ámbitos político y económico: "Por primera vez el cine venezolano encuentra un piso político para que se desarrolle, el problema radica en la contaminación ideológica que se observa en las producciones financiadas por instituciones del Estado. Eso hace que las películas tengan una orientación tendenciosa. Por otro lado, en el momento en que había grandes expectativas con la Villa del Cine aquí había mucho dinero. Ahora hay menos, pero se invierte muchísimo para producir una cinta como Zamora, que se estrenó simultáneamente en 20 salas y apenas fue vista por 3.000 espectadores. Un fracaso total".

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